miércoles, 13 de julio de 2011

EL VERANO Y LOS LIBROS

Ocurre con los libros como con esas tiras de colores que lucen, bien pegadas a sus músculos, algunos deportistas. Según cómo se coloquen, pueden conseguir que el músculo se fortalezca después de una lesión o se relaje después de una contractura, provocada, por ejemplo, por el estrés.
Los libros también pueden fortalecer el músculo del cerebro o hacer que se relaje. El acto de leer puede provocar tensión entre el lector y el contenido del libro; a veces, incluso, entre el elctor y el autor del libro, en la sombra. Pero también, si se elije el libro adecuado, puede transformar esa tensión en una relajante y entretenida aventura.
Es importante elegir bien, pues de ello dependerá que nos enganchemos o nos aburramos y pasemos a otra cosa; así como que la ansiada relajación no se vaya al traste por culpa de un libro. LEER recomienda que haya tensión entre el lector y el libro, pero ante todo también es lícito la búsqueda de relajación.

Sin ánimo de ser excluyente, algunas recomendaciones para este verano:

- La tierra de las cuevas pintadas - Jean M. Auel
- La prisionera de roma - José Luís Corral
- Eitana. la esclava judía - Javier Arias Artacho
- La isla de las brumas -  Jordi Solé
- En el corazón de la ciudad levítica - Baltasar Magro
- El secreto de la creación - Enric Balasch
- Una diosa para el Rey - Mari Pau Dominguez
- Martín Ojo de Plata - Matilde Asensi
- La huella del ehereje - Susana Fortes
- Los silencios del mármol - Juan Adriansens

Buen provecho.

Revista LEER nº 224 - Julio/Agosto/2001

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